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II. Sub zona Bosque de Nancuchiname
Nancuchiname es el eje articulador de un área, una fauna, una flora y el comportamiento de los elementos naturales respecto de una diversidad de comunidades y variedad de formas de ocupación humana (mapa)
La meta de partida es el acabar con la ruptura que existe entre bosque y comunidad. A partir de ahí la ocupación productiva del bosque lo humaniza y convierte a todos los residentes de sus límites en guarda parques. Los procesos productivos forestales, agrícolas y de reconstitución de la biodiversidad nativa como formas de subsistencia y actividades remuneradas se complementan con los educativos y sanitarios o de salud. Los plazos aquí deben prever el progresivo cambio del uso del suelo y la reconstrucción de los daños causados por la construcción de bordas y uso indiscriminado de bancos de tierras. El incendio y la sequía junto a la inundación y los depredadores humanos son amenazas para el bosque y las comunidades que tangencialmente 'lo ocupan', al establecer el equilibrio relativo de su desarrollo en relación muy estrecha con la seguridad y el futuro del bosque como sistema de biodiversidad y sociedad. Los productos del bosque se promueven en actividades comerciales-educativas y de divulgación y de esta forma integran centenares de pobladores de la micro región con estructuras privadas de la zona, del país y con puntos de contacto, divulgación, apoyo e inversión mediante operadores vinculados al corredor biológico centroamericano.
Aparte de los comités de vecinos y la asociación conformada por los actuales trabajadores del bosque (ADESCOBN), otras organizaciones tienen directa ingerencia y deben integrarse en el plan que potencie el impacto del bosque-comunidad. Diversos interventores han producido estudios y propuestas parciales sobre múltiples aspectos. Muchas han promovido proyectos particulares y se ha analizado los potenciales, pero no ha habido una intervención decisiva que cambie críticamente el rumbo perceptible del bosque hacia su destrucción.
Se requiere una intervención en sucesivas escalas: el bosque mismo en sus límites, el bosque y las comunidades como conjunto social e institucional-productivo, el bosque-comunidad en la rivera del río Lempa, el complejo bosque-río en la escala de la zona de desarrollo turístico y finalmente, la escala regional como modelo conceptual y de inversión rentable en el campo de la protección de biodiversidad y ejemplo de desarrollo sustentable.
La legislación y los controles institucionales actuales no son suficientes ni siquiera para asegurar la permanencia del bosque. De hecho decisiones y proyectos en marcha, como la construcción de bordas, están destruyendo el bosque y la biodiversidad y en plazos mayores harán más vulnerables a las familias y aumentarán el riesgo frente a eventos como incendios. Estos eventos podrán ser de inmensa magnitud si no se revierten las actuales tendencias, incluidas las pautas actuales de construcción de bancos de tierra para las bordas y otros usos que cuentan con permisos institucionales y de gobierno. La construcción de una nueva institucionalidad deberá estar vinculada a un modelo apropiado de plan de desarrollo integral, tanto a escala local, como regional, municipal y nacional, que sea replicable y sirva de modelo, con base en el concepto de BOSQUE HUMANO (continúa).
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